Horizonte de pinares
Pinares que llegan al
horizonte
entre el atochar interminable
del monte.
Por allí anda mi vista
perdida,
paloma torcaz pobre y herida.
Vuelo y camino a la par,
como si anduviera por el mar,
y no por estos bosques de pino
y romeral.
Cabezos preñados y peñones agrietados,
ramblas y barrancos ricos en
esparto.
Pedregosos caminos llenos de
encanto.
Nubecillas que parecen gordas
espiguillas.
Brisa pobre para la antigua
trilla,
en las eras perdidas que ya no
brillan,
junto a esas casas de ruina,
abandonadas,
donde más que nada abunda la
mejorana.
Triste entonces en esas
moradas,
en sus derrumbes me quedo
tendido,
como andan aquellos viejos pinos
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